Real Madrid: De blanco y en blanco

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  • Cinco partidos separan al Real Madrid de cerrar una temporada sin títulos; uno de ellos, un Clásico contra el Barcelona de Hansi Flick, quien ya ha ganado los tres anteriores.

El Real Madrid, ese gigante acostumbrado a las vitrinas llenas y a los pasillos de honor, hoy se asoma peligrosamente a una temporada que amenaza con cerrarse en blanco. La eliminación en Champions League y la derrota en la final de la Copa del Rey ya son heridas abiertas, pero lo que más duele en el entorno madridista es ver cómo la esperanza en LaLiga pende de un hilo casi invisible.

Vestidos de blanco, símbolo de grandeza y leyenda, los de Carlo Ancelotti se arriesgan a terminar en blanco, sin títulos que celebrar, algo intolerable para una institución que presume de 121 años de historia y una exigencia inquebrantable. No se trata solo de una cuestión de orgullo: es el peso de la camiseta, el eco de Alfredo Di Stéfano, de Raúl, de Cristiano Ronaldo, que exige más que gestos vacíos o promesas de reconstrucción.

Los cinco partidos que restan en LaLiga se han transformado en más que simples compromisos de calendario. Para el Real Madrid, son batallas por la dignidad. Especialmente uno: el Clásico ante el Barcelona, un rival que bajo el mando de Hansi Flick ha encontrado la fórmula para dominar los duelos directos, llevándose la victoria en los tres anteriores enfrentamientos.

Cada punto que se dispute marcará la frontera entre una humillante resignación y la mínima posibilidad de salvar la honra. Ganar los cinco no asegura el título, pero cualquier tropiezo sentenciaría oficialmente el año como uno de los más pobres en cuanto a conquistas.

Jugadores, cuerpo técnico y directiva lo saben: la camiseta blanca no admite temporadas de transición. Mucho menos admite indiferencia. En el Madrid no se compite “para ver qué pasa”; se compite para ganar siempre, y cuando no se gana, al menos se debe morir en el intento. Los próximos cinco partidos no son solo partidos: son exámenes de carácter, respeto y futuro.

Si el Real Madrid termina esta campaña de blanco y en blanco, habrá que encender las alarmas en todos los niveles del club. Porque en esta casa, el éxito no es una opción, es una obligación histórica.