El 8 de Febrero del 2013, el saxofonista Chris Potter presentaba bajo el sello ECM, el álbum “The Sirens”, siendo su primer material como líder, un logro significativo para el artista después de dos décadas de carrera. Para el artista fue importante este salto, mucho más en lo referente a la disquera que lo firmaba, pues anteriormente con las casas con las que trabajó, no sentía que fuera tanto el respeto por el género como el de ECM según la experiencia del propio Potter.
Dentro de su carrera melódica, existen nombres que lo ayudaron a posicionarse dentro de la sincopa, como el de Dave Holland y Paul Motian, a quienes acompañó en más de una ocasión dentro de sus proyectos, y por supuesto de los cuales aprendió bastante desde 1994 cuando inició a darse a conocer en la industria.
Pero en este 2013, el músico decidió dar un brinco más allá y componer sus propias canciones, lejos de los clásicos estándares que hasta entonces había presentado en sus anteriores materiales.
El disco fue compuesto en sólo dos semanas, para lo cual Potter se inspiró en el clásico literario “La Odisea”, de Homero. Dando un toque épico y hasta cierto punto místico a sus melodías, según la crítica especializada.
La parte instrumental corrió a cargo de tres músicos, el pianista Craig Taborn, el bajista Larry Grenadier y el baterista Eric Harland, además de agregar en ciertas piezas a otro pianista, el músico David Virelles, pues según los críticos especializados, mientras Taborn hace grandes aportaciones a las piezas con sus “solos”, Virelles agrega color y atmósfera a las canciones, reflejado en la pieza “The Shades”, donde ambos hacen notar su talento en el instrumento del blanco y negro.
