Cuando se trate de un cárdigan cuyo punto sea más grueso y nos dé toda esa vibra invernal, lo mejor…
Laissez-moi danser! (“¡Dejadme bailar!”), reclamaba Dalida en un marchoso single de 1979 que vendió 400.000 copias solo en Francia. Quizá para invocar el espíritu de la cantante…