El Sevilla superó con claridad al Barcelona (4-1) en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, en un partido que dejó en evidencia los problemas defensivos del equipo dirigido por Hansi Flick. El conjunto andaluz, bajo la dirección de Matías Almeyda, aprovechó las debilidades azulgranas y mostró un plan de juego preciso que desarticuló la línea de fuera de juego catalana.
El Barcelona, que ya venía de una derrota en la jornada anterior, volvió a mostrar un rendimiento irregular. Marcus Rashford logró empatar el encuentro al final del primer tiempo, pero el equipo no mantuvo el ritmo en la segunda mitad. Robert Lewandowski falló un penalti cuando el marcador estaba 2-1, y el Sevilla sentenció con dos goles más en los minutos finales.
La estrategia de Almeyda, basada en presionar alto y atacar los espacios detrás de la defensa, resultó determinante. Sus cambios en el segundo tiempo revitalizaron al conjunto sevillista, que controló el partido y generó numerosas ocasiones.
En el Barcelona, la ausencia de jugadores como Lamine Yamal e Iñigo Martínez se notó en una zaga que sufrió constantemente. Flick no encontró soluciones desde el banquillo y su planteamiento, centrado en una defensa adelantada, volvió a quedar expuesto.
Con esta derrota, el Barcelona pierde el liderato de LaLiga y acumula dos tropiezos consecutivos antes del Clásico frente al Real Madrid. La actuación del equipo genera dudas sobre su solidez y abre un debate interno sobre la efectividad del nuevo proyecto bajo la dirección de Flick.
